sexta-feira, 28 de setembro de 2012

Destierro




Las grietas que se alzan de mi suelo, 
el eco del estruendo de tu voz
las luces de los soles que se atienen 
al cielo inmerecido de mi amor
son lámparas de azufre y  de colmenas
son grillos en el llanto de una flor.
La prueba de mi pena incontrolable,
la hoja que resulta de tu adiós.
Y el llanto que pretende huir del ojo
aquel que humedeciendo la pupila se escapó,
evidenciando una pena que me culpa
degradando por entero mi fervor.

Detesto la sensación de mi abandono
y el sublime deseo de traición,
la obsoleta aventura de tu mente
y la absurda ganancia a mi favor.

Si desde el mismo punto anterior de tu venida
eras la risa, el coraje y la pasión,
habiendo deshojado de celos y rabietas
el dulce y tenue temor de una canción,
te encuentras hoy sin prisa y con demoras
la excusa de una razón que no cumplió.




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