En mi viejo jardín, frente a la baranda de mi infancia
y las bebidas de mi niñez,
muchos son los pensamientos que enmudecen mi corazón,
que aun sordo de tu voz parece no encontrar algo que le libere.
Al amanecer deseo mirar el sol sintiendo su calidez como un nuevo día,
quiero llorar como aquel pequeño que solía regalar una lágrima desnuda
como prueba de amor, para que con ella riegues el vació jardín de tu vivencia
que sin colores ya, parece permanecer inmóvil en el tiempo,
quiero florecer en esa vieja rosa de nuestro amor,
que al llegar la primavera, sea no solo en tu jardín,
si tambièn en tu corazón.
by: Saritta Neruda and Luiz Pause
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